Fig. 1. Enrique Enríquez conversando en LASA2025 Poner el cuerpo en Latinx América. San Francisco, California.
En LASA2025, invitamos al artista y escritor venezolano Enrique Enríquez a realizar una acción poética que excediera el cuerpo humano y su centralidad en nuestras disciplinas. Pedimos a la membresía de LASA que les preguntara a los pájaros lo que quisieran. Enrique Enríquez nació en Caracas en 1969. Ha vivido en Nueva York durante veinticinco años, donde conversa con los pájaros y explora el potencial mágico del lenguaje. Durante veinte años, Enríquez se sentó en el mismo café, enviando una señal constante al mundo hasta que, un día, el mundo comenzó a responder. No a través de la profecía o la revelación, sino mediante la voz de un gorrión. Lo que comenzó como un salto intuitivo se convirtió en un descubrimiento profundo: los pájaros respondían, no necesariamente a sonidos específicos, sino al ritmo, a la presencia misma. En este diálogo con la otredad, Enríquez no encontró respuestas, sino una forma de vivir. Los pájaros le enseñaron que el significado no se encuentra en la interpretación, sino en el momento en que nos olvidamos de nosotros mismos para entonces dejar que el mundo hable a través de nosotros.
Fig. 2. Enrique Enríquez. Fotografía de Michael Weber, Museum of Jurassic Technology, Los Ángeles, California.
Tras nuestro encuentro en San Francisco, ciudad en la que se entabló comunicación entre nuestra membresía y los pájaros, Enríquez partió a Los Ángeles, desde donde nos envió la carta que transcribimos a continuación.
Queridos Javier, Cecilia, Emily y Paola:
Sentados aquí en Topanga Canyon, en Los Ángeles, los pájaros no han parado de cantar. Sin embargo, este espacio no está ni más ni menos vivo que el Jardín Hierbabuena en San Francisco. Una semana después, finalmente puedo filtrar esa experiencia. A primera vista, un jardín en la ciudad parece vacío. Tenemos que esperar para saber qué esperábamos. Y así, la voz del mundo comienza a revelarse. Muchas preguntas a las aves tenían que ver precisamente con su supervivencia en las ciudades, con el futuro de su especie y de la nuestra. “¿También sienten que el mundo está cambiando?“; “¿Hay vuelta atrás?”; “How will we survive?”. En San Francisco, los pájaros han sido exiliados a pequeños parques cercados por la indulgencia humana y, sin embargo, allí un pájaro no es menos pájaro que aquí, al abrigo de las montañas. Aquí y allá, todos se entregan a la vida con el mismo frenesí. El lugar donde vivimos, país, ciudad, o cuerpo, no justifica vivir una vida a medias.
Muchos coincidieron en que querían saber si sus seres queridos regresaban a visitarlos como pájaros. “¿Es verdad que nuestros muertos regresan en forma de pájaros? ¿En colibríes? ¿Es mi madre un colibrí?”. Otras preguntas revelaron el anhelo de libertad que percibimos en las aves. “¿Por qué los humanos creamos fronteras, mientras los pájaros viajan libremente?”; “How is it like to live and be true?”; “Do you dream of us? I dream of you”.
Quizás la libertad del pájaro reside en que no hay distancia entre lo que hace y lo que debería hacer. Porque los huesos de los pájaros son huecos, pero los nuestros están llenos de dudas.
En la boca anónima de la urna china, los participantes pusieron su vulnerabilidad: “¿Por qué ser yo, esta mujer, me cuesta tanto, me duele tanto, me hace sentir difícil de amar?“; “Why can’t I just be a brain that exists?”; “¿Qué puedo hacer para dejar de tener miedo a volar?”; “What should I do if my family doesn’t feel like a family?”; “Please ask the birds to bless my mom who died today”.
Mientras unos buscaban poesía: “¿Dónde anidan los sueños?”, “My capybara is a phonologist. He communicates with the birds!”, otros buscaban oráculos: “¿Cuándo se va a morir Trump?”; “Will the blind woman named Dorothy need to sell her home?”.
Más allá de cualquier posible respuesta, la invitación a preguntarles algo a los pájaros propicia la apertura hacia un espacio potencial. Estas tarjetas trazan el arco de la experiencia humana, desde quien pregunta “Will grace come back to humanity soon?” hasta quien, inevitablemente, cuestiona “Why LASA spends $ in this??”.
Quiero agradecerles nuevamente a los cuatro por esta experiencia.
Abrazos, Enrique Enríquez
Fig. 3. Send a Question to the Birds. Tarjeta para escribir las preguntas a los pájaros.